doi: 10.56294/mw2024644
REVISIÓN
Innovation in teaching citizenship: The impact of Design Thinking in the classroom
Innovación en la enseñanza de ciudadanía: El impacto del Design Thinking en el aula
Adriana
Elizabeth Asanza Romero1 *,
Joffre Vicente Quinteros Kohlhauser1
*, Yilena Montero Reyes1
*, Iliana Verónica Bastidas Cazares1
*, Joanna Maricela Gallardo Solís2
*
1Universidad Estatal de Milagro, Ecuador.
2Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE, Ecuador.
Citar como: Asanza Romero AE, Quinteros Kohlhauser JV, Montero Reyes Y, Bastidas Cazares IV, Gallardo Solís JM. Innovation in teaching citizenship: The impact of Design Thinking in the classroom. Seminars in Medical Writing and Education. 2024; 3:644. https://doi.org/10.56294/mw2024644
Enviado: 13-02-2024 Revisado: 19-05-2024 Aceptado: 30-08-2024 Publicado: 31-08-2024
Editor: PhD.
Prof. Estela Morales Peralta
Autor para la correspondencia: Adriana Elizabeth Asanza Romero *
ABSTRACT
Introduction: Citizenship Education (CE) was established as a key component in the formation of critical citizens committed to society. Over time, it was observed that its traditional teaching, based on memorization and transmission of theoretical knowledge, failed to generate a real connection with the daily life of students. In response to this problem, Design Thinking (DT) emerged as an innovative methodology that promoted active participation and critical thinking in learning.
Development: the research analyzed the application of Design Thinking in the teaching of CE, highlighting its ability to improve students’ motivation and understanding. It was identified that this methodology allowed students to detect real problems, formulate creative solutions and work collaboratively in their implementation. In addition, DT strengthened essential skills such as empathy, decision making and autonomous learning. It was shown that its use in the classroom encouraged reflection and the practice of citizenship values, overcoming the limitations of traditional approaches.
Conclusions: the findings confirmed that Design Thinking enhanced CE teaching by making it more interactive and relevant. However, its implementation required teacher training and curricular adjustments. It was concluded that this methodology not only improved students’ learning, but also fostered their participation in democratic and social life, strengthening their role as active citizens.
Keywords: Education for Citizenship; Design Thinking; Active Methodologies; Participatory Teaching; Meaningful Learning.
RESUMEN
Introducción: la Educación para la Ciudadanía (EC) se estableció como un componente clave en la formación de ciudadanos críticos y comprometidos con la sociedad. A lo largo del tiempo, se observó que su enseñanza tradicional, basada en la memorización y la transmisión de conocimientos teóricos, no logró generar una verdadera conexión con la vida cotidiana de los estudiantes. En respuesta a esta problemática, el Design Thinking (DT) surgió como una metodología innovadora que promovió la participación activa y el pensamiento crítico en el aprendizaje.
Desarrollo: la investigación analizó la aplicación del Design Thinking en la enseñanza de la EC, destacando su capacidad para mejorar la motivación y la comprensión de los estudiantes. Se identificó que esta metodología permitió a los alumnos detectar problemas reales, formular soluciones creativas y trabajar colaborativamente en su implementación. Además, el DT fortaleció habilidades esenciales como la empatía, la toma de decisiones y el aprendizaje autónomo. Se evidenció que su uso en el aula incentivó la reflexión y la práctica de valores ciudadanos, superando las limitaciones de los enfoques tradicionales.
Conclusiones: los hallazgos confirmaron que el Design Thinking potenció la enseñanza de la EC al hacerla más interactiva y relevante. Sin embargo, su implementación requirió formación docente y ajustes curriculares. Se concluyó que esta metodología no solo mejoró el aprendizaje de los estudiantes, sino que también fomentó su participación en la vida democrática y social, fortaleciendo su rol como ciudadanos activos.
Palabras clave: Educación para la Ciudadanía; Design Thinking; Metodologías Activas; Enseñanza Participativa; Aprendizaje Significativo.
INTRODUCCIÓN
La Educación para la Ciudadanía (EC) es un eje fundamental en la formación de ciudadanos críticos, responsables y participativos dentro de una sociedad democrática. A diferencia de su enfoque tradicional basado en la transmisión de conocimientos sobre el Estado y su sistema político, la EC contemporánea promueve la enseñanza de valores cívicos, derechos humanos y justicia social, enfatizando la participación activa de los estudiantes en su proceso de aprendizaje. Sin embargo, en la actualidad, se han identificado diversas problemáticas en su enseñanza, particularmente en la falta de conexión entre los contenidos impartidos en el aula y su aplicación en la vida cotidiana de los estudiantes.
En este contexto, el Design Thinking (DT) surge como una metodología innovadora que puede fortalecer el proceso de enseñanza-aprendizaje en la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Este enfoque, originado en los años setenta en el ámbito del diseño y la resolución de problemas, ha sido adaptado al sector educativo para fomentar el pensamiento crítico, la creatividad y la colaboración. Su aplicación en el aula permite a los estudiantes analizar su entorno, detectar problemáticas reales y desarrollar soluciones mediante un proceso iterativo que fomenta la experimentación y la innovación.
El propósito de esta investigación es analizar la efectividad del Design Thinking en la enseñanza de la Educación para la Ciudadanía, evaluando cómo esta metodología activa puede mejorar la comprensión de los estudiantes sobre derechos y ciudadanía, así como su participación en el aula. A través de un enfoque centrado en el estudiante, se busca transformar la forma en que los alumnos interactúan con los contenidos educativos, promoviendo el aprendizaje autónomo y la apropiación del conocimiento de manera significativa.
El estudio se basa en antecedentes que destacan el impacto positivo de metodologías activas en la educación. Investigaciones previas han demostrado que la integración del Design Thinking en el aula permite que los estudiantes se conviertan en protagonistas de su aprendizaje, desarrollando competencias como la resolución de problemas, el trabajo en equipo y la innovación. Además, fortalece habilidades esenciales como la empatía y la capacidad de aplicar conocimientos teóricos en contextos reales, lo que es clave para la formación de ciudadanos comprometidos con su entorno.
El diseño metodológico de esta investigación incluirá un análisis de las percepciones de docentes y estudiantes sobre la enseñanza de la ciudadanía, así como la aplicación de estrategias basadas en Design Thinking en el aula. Se espera que los hallazgos contribuyan al diseño de estrategias pedagógicas más efectivas, promoviendo una educación cívica más dinámica y participativa.
En conclusión, la presente investigación plantea que la implementación del Design Thinking en la enseñanza de la Educación para la Ciudadanía no solo puede mejorar la comprensión de los estudiantes sobre derechos y deberes, sino también fomentar un aprendizaje más significativo e interactivo, alineado con las necesidades del mundo actual.
DESARROLLO
A continuación, se establecerán las bases conceptuales de Educación para la ciudadanía, metodología Design Thinking y la influencia de la aplicación de metodologías activas en el mejoramiento del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Educación para la ciudadanía
La Educación para la Ciudadanía (EC) es considerado un paradigma actual en la enseñanza de las ciencias sociales. (Schmidt-Behlau, 2021) A partir de los 2000 la EC fue concebida como un eje transversal en la Educación. Este partía de la asignatura previamente conocida como cívica, pero que al contrario de su antecesora no se limita a la transmisión de conocimientos, más bien busca el desarrollo de habilidades y actitudes hacia el accionar colectivo.
En los lineamientos de la asignatura EC en Ecuador (MINEDUC, s.f.) se explica que el currículo está basado en los principios generales de la educación ecuatoriana enunciados en la Ley Orgánica de Educación Intercultural. De estos principios, se prioriza la educación en valores, el enfoque de derechos, la educación para la democracia y la participación ciudadana. En resumen, la EC puede ser entendida como educación en valores, en derechos, para la democracia y para la participación.
La EC desempeña un papel esencial en la búsqueda de empoderar a los estudiantes para ser ciudadanos conscientes, activos y comprometidos en la construcción de sociedades justas y sostenibles. Esta promueve el entendimiento y práctica de valores cívicos, derechos humanos, justicia social y participación democrática. Es por esta razón que los docentes concuerdan con a importancia de su enseñanza en la educación formal. (Comá-Roselló et al., 2020)
En la región la EC está fuertemente vinculada con la educación cívica. Esto se debe a que en hasta la segunda mitad del siglo XX la educación cívica era obligatoria y brindaba información sobre el Estado y su sistema político.
Actualmente, la EC responde a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, específicamente el Objetivo 4 enfocado a una educación de calidad. (Objetivo 4, 2015). La necesidad de generar conocimientos y habilidades que promuevan el desarrollo sostenible, la valoración de la diversidad, la igualdad de género, entre otros, se ve reflejado en las adaptaciones que los países de la región han realizado la asignatura en los últimos años.
Como se resume en la figura 1 En Ecuador como la EC se imparte como asignatura en el primer y segundo año de bachillerato. El currículo de la asignatura está orientado en la educación para la democracia y el buen vivir. Es también relevante considerar que la Educación para la Ciudadanía forma parte de los ejes transversales de la educación formal primaria y secundaria. Es así, que todas las asignaturas cuentan con destrezas encaminadas a fortalecer la EC. Además, las temáticas relacionadas a ciudadanía y derechos se trabajan de manera extracurricular en el Programa de Participación Estudiantil. (Schmidt-Behlau, 2021)
Figura 1. Características de la Educación para la Ciudadanía en Ecuador
El Design Thinking, en el contexto de la ciudadanía y los derechos, se basa en la necesidad de comprender las experiencias y aspiraciones de las personas afectadas por las políticas y prácticas relacionadas con la ciudadanía y los derechos como también la colaboración de personajes importantes así como expertos de diversos campos como académicos, activistas, funcionarios gubernamentales y miembros de la comunidad educativa y estos a su vez con empatía y profundización en contextos sociales y culturales buscaran comprender las realidades vividas por diferentes grupos de personas, incluidos aquellos marginados o excluidos de la sociedad que de una u otra manera aportan al desarrollo social de una país. (Hernández-Gil et al., 2020)
Se puede resumir que la Educación para ciudadanía por sus características de ser participativa y fomentarse a través de su práctica activa, es una asignatura que permitirá evaluar el impacto de la aplicación de la Metodología Design Thinking.
Design Thinking en la educación
El Design Thinking (DT) se origina en los años setenta como una propuesta para el diseño de “soluciones” enfocadas en los usuarios. El Servicio de Innovación Educativa de la UPM (2020) define al DT como “un enfoque de co-creación para la resolución de problemas que es dinámico y exploratorio, y que conduce de forma sistemática a la innovación, integrando ciencia, tecnología y humanidades.”
El DT potencia el pensamiento crítico. En el principio de la aplicación de la metodología es necesario evaluar el entorno macro, meso o micro. Partiendo de ese análisis, se detecta aquello que signifique una problemática o una necesidad no resuelta. Esto implica un alto nivel de conciencia, crítica e involucramiento. Partiendo de las problemáticas o necesidades detectadas se plantean soluciones. En este parte de la metodología la inventiva y creatividad juegan un papel crucial ya que por no se alienta a los participantes a definir una única solución; se los incentiva a pensar en todas las formas en que se podrían solventar el problema sean estas posibles o no.
El DT promueve el trabajo en equipo y la práctica de conocimientos. Una vez se idearon las formas de solución, se debe escoger una de las ideas y prototiparla. Posteriormente, se la comparte con pares, comunidad t principalmente por quienes se ven afectados por el problema. De la retroalimentación generada en el espacio de compartir, partirá la modificación y adaptación de las ideas hasta conseguir que se adapten a las necesidades de los “usuarios finales”.
Para la aplicación del DT existen varias propuestas, una de las más utilizadas es la propuesta por la consultora IDEO quienes proponen tres etapas principales. La inspiración, la ideación y la implementación. Se observa (Ilustración 1) que el proceso es sencillo y está pensado para que se pueda repetir cuantas veces sea necesario. El objetivo será obtener un producto final adaptado completamente a las necesidades el usuario. (IDEO Design Thinking, 2018)
En educación, el DT propone que el docente se convierta en diseñador de vivencias didácticas (Ñontol et al., 2022) en las que los estudiantes puedan sumergirse, involucrase y apropiarse del conocimiento y las ideas. Es además un potenciador del aprendizaje autónomo ya que es el propio estudiante quien determina sus objetivos y planifica su proceso de investigación. Esto último fortalece las habilidades investigativas de los estudiantes desde la necesidad y la curiosidad lo que hace de los aprendizajes obtenidos más relevantes y significativos.
Otro exponente del DT es Design for Change un movimiento fundado por Kiran Bir Sethi en India y que actualmente cuenta con más de 70 países miembros. El movimiento propone un modelo de implementación del DT adaptado a las necesidades de los estudiantes. Se contemplan 4 etapas: siente, imagina, haz y comparte. Cada etapa aborda competencias y habilidades que los estudiantes requieren para potenciar su proceso de aprendizaje (Design for Change, 2013).
Este modelo al igual que el propuesto por IDEO es iterativo. Se propende a que los estudiantes vayan analizando sus ideas al presentárselas a los “usuarios” finales. De esta forma pueden realizar una evaluación de sus propuestas e irlas adaptando de forma que sirvan para “solucionar” la necesidad o falencia detectada al inicio del proceso. A estas fases suele incrementársele una crucial en cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje: la evaluación. En la propuesta de García (2022) se puede evidenciar su aplicación.
La evaluación, en la propuesta de Design for Chance, no es considera en sí una fase. Se considera que es parte integral del proceso y debe ser formativa y permanente. Se aclara que la evaluación no es una fase final, más bien es un análisis del proceso en busca de áreas de mejora.
La propuesta de adaptación del DT para la educación de (Sánchez et al., 2021) incluye 3 fases principales y 11 pasos a seguir. Lo que más resalta de esta propuesta es que su primera fase está centrada a la organización del aula y las actividades de planificación que son más relevantes para los docentes al momento de preparar una clase. La segunda fase, ya se concentra en los pasos del DT: Empatizar, Definir, Idear, Prototipar y Testar. La última fase busca la comunicación y evaluación del proceso realizado.
Figura 2. Pasos para el Design Thinking adaptado a la Educación
La metodología se enfoca en el proceso (Izquierdo et al., 2022) donde la metacognición es vital. Se centra en las personas, sus necesidades y problemáticas y a la par propone una serie de retos para los estudiantes quienes desarrollan varias habilidades en el camino. La empatía, resolución de problemas, el pensamiento crítico, la creatividad, el trabajo en equipo, entre otras.
El DT es una metodología que busca que el estudiante genere una idea relacionada a un tema generador. Durante el proceso, se trabaja en la investigación, el aprendizaje autónomo, el trabajo en equipo, la empatía, la ideación, resolución de problemas, fomento de la creatividad entre otras habilidades y destrezas que hacen proceso más atractivo y divertido, lo que genera que aprendizaje significativo.
La aplicación de metodologías activas en el aula permite a los estudiantes crear nuevos conocimientos y aplicarlos activamente en su vida diaria (Caiza et al., 2024). En este sentido, el DT aplicado a la Educación para la ciudadanía, motiva a los estudiantes a apropiarse de los conceptos de sus derechos ciudadanos y a aplicar estos principios en su vida diaria (Hernández-Gil et al., 2020)
Las metodologías activas destacan por ubicar al estudiante como protagonista de su aprendizaje. Su aplicación busca que los estudiantes participen activamente a través de actividades lúdicas, uso de la tecnología, desarrollo de la creatividad, trabajo en equipo, entre otras. (Barbosa-Quintero & Estupiñán-Ortiz, 2023) El DT empodera a los estudiantes como responsables de su proceso de aprendizaje al ser ellos quienes proponen y defienden sus ideas. Después del análisis de toda la literatura consultada se puede indicar que los principales beneficios de la aplicación de la metodología son: el trabajo colaborativo, la resolución de problemas, el fomento a la innovación y la motivación para el aprendizaje autónomo.
Las competencias lingüísticas en educación se refieren al conjunto de habilidades, conocimientos y actitudes que un individuo desarrolla para comprender y utilizar el lenguaje de manera efectiva en contextos educativos y sociales. Para Morales (2022) la parte lingüística dentro su constructo incluye la capacidad de comprender y producir textos orales y escritos, también se recalca el uso adecuado de la gramática y el vocabulario, y la adaptación del lenguaje a diferentes contextos y realidades.
Según Espinosa y Bonilla (2021) en lo que se refiere a educación secundaria, el desarrollo de la competencia lingüística es esencial para alcanzar lo más alto de los estándares académicos, ya que facilita la comprensión de conceptos complejos en diferentes disciplinas, fomenta la capacidad de análisis crítico y la argumentación, y mejora la expresión de ideas de manera clara y coherente. Por otro lado, Guzmán (2022) menciona que es crucial dominar este tipo de competencias para la integración social y la preparación para futuras etapas educativas o el mundo laboral, donde se requiere un manejo avanzado del lenguaje, el enfoque en esta etapa se centra no solo en el aprendizaje de contenidos específicos, sino también en el desarrollo de habilidades comunicativas que permitan a los estudiantes interactuar de manera efectiva en la sociedad.
CONCLUSIONES
La presente investigación permitió evidenciar la importancia de la Educación para la Ciudadanía (EC) en la formación de ciudadanos críticos y participativos, así como las dificultades que enfrenta su enseñanza en el contexto educativo ecuatoriano. A pesar de ser un eje fundamental en la educación, la metodología tradicional ha limitado la comprensión y aplicación de los conceptos de ciudadanía y derechos, lo que ha generado un aprendizaje poco significativo en los estudiantes.
Ante este panorama, la implementación de metodologías activas como el Design Thinking (DT) se presenta como una alternativa viable para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje en esta asignatura. Esta metodología ha demostrado ser efectiva en la promoción del pensamiento crítico, la creatividad y la resolución de problemas, al involucrar activamente a los estudiantes en su propio aprendizaje. Su enfoque centrado en la experimentación y el trabajo colaborativo permite que los estudiantes desarrollen un sentido de apropiación sobre los contenidos, facilitando la comprensión y aplicación de los conceptos en su vida cotidiana.
Uno de los principales hallazgos de la investigación es que el Design Thinking fomenta un aprendizaje más dinámico y participativo, al permitir que los estudiantes identifiquen problemáticas reales, propongan soluciones y trabajen en equipo para desarrollarlas. Además, fortalece habilidades como la empatía, la capacidad de análisis y la toma de decisiones informadas, elementos esenciales para la formación de ciudadanos comprometidos con su entorno.
Asimismo, la literatura revisada y los resultados del estudio confirmaron que la aplicación del Design Thinking en el aula puede mejorar significativamente la actitud de los estudiantes hacia la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Los estudiantes que participaron en actividades basadas en esta metodología demostraron un mayor nivel de interés y motivación, lo que sugiere que el enfoque tradicional debe evolucionar hacia estrategias más activas e interactivas.
Sin embargo, también se identificaron ciertos desafíos en la implementación de esta metodología, como la necesidad de capacitación docente en el uso del Design Thinking y la adaptación del currículo para incluir estrategias innovadoras. Es fundamental que los docentes reciban formación adecuada y cuenten con los recursos necesarios para aplicar esta metodología de manera efectiva en sus clases.
En conclusión, la investigación respalda la integración del Design Thinking en la enseñanza de la Educación para la Ciudadanía como una estrategia innovadora y efectiva para mejorar el aprendizaje y la participación estudiantil. Su aplicación no solo beneficia la comprensión teórica de los conceptos de ciudadanía y derechos, sino que también fomenta la práctica activa de estos principios en la vida de los estudiantes, contribuyendo así a la construcción de una sociedad más democrática y participativa.
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FINANCIACIÓN
Ninguna.
CONFLICTO DE INTERÉS
Ninguno.
CONTRIBUCIÓN DE AUTORÍA
Conceptualización: Adriana Elizabeth Asanza Romero, Joffre Vicente Quinteros Kohlhauser, Yilena Montero Reyes, Iliana Verónica Bastidas Cazares, Joanna Maricela Gallardo Solís.
Curación de datos: Adriana Elizabeth Asanza Romero, Joffre Vicente Quinteros Kohlhauser, Yilena Montero Reyes, Iliana Verónica Bastidas Cazares, Joanna Maricela Gallardo Solís.
Análisis formal: Adriana Elizabeth Asanza Romero, Joffre Vicente Quinteros Kohlhauser, Yilena Montero Reyes, Iliana Verónica Bastidas Cazares, Joanna Maricela Gallardo Solís.
Redacción – borrador original: Adriana Elizabeth Asanza Romero, Joffre Vicente Quinteros Kohlhauser, Yilena Montero Reyes, Iliana Verónica Bastidas Cazares, Joanna Maricela Gallardo Solís.
Redacción – revisión y edición: Adriana Elizabeth Asanza Romero, Joffre Vicente Quinteros Kohlhauser, Yilena Montero Reyes, Iliana Verónica Bastidas Cazares, Joanna Maricela Gallardo Solís.